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ESCRITORAS DE LA GENERACIÓN DEL 50

ESCRITORAS DE LA GENERACIÓN DEL MEDIO SIGLO: ERUDITAS DEL SIGLO XX.

Profesor: Jesús V. Magdalena (filólogo, psicólogo y teólogo). Enero del 2019.

ÍNDICE

1-INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………………………….1-2

2-LA GENERACIÓN DEL MEDIO SIGLO ………………………………………………………..2-5

  • -Definición. -Características.
  • -Subgrupos. -Generaciones del medio siglo hispanoamericanas.

3-DIEZ ESCRITORAS REPRESENTANTIVAS DE LA GENERACIÓN DE LOS 50…5-12

-Josefina Aldecoa

-María Victoria Atienza

-Celia Bravo

-Pilar Lojendio Crosa

-Carmen Martín Gaite

-Ana María Matute

-Pilar Paz Pasamar

-Elena Quiroga

-Corín Tellado

-Julia Uceda

4-CONCLUSIONES ……………………………………………………………………………………..….12

5-BIBLIOGRAFÍA ……………………………………………………………………………………………12-13

1-INTRODUCCIÓN

     Desde los primeros testimonios españoles de la lengua castellana allá en la Edad Media mucho ha ido evolucionando el papel de las mujeres en la literatura castellana. Los nombres de María Pérez la Balteira y de Leonor López de Córdoba fueron de los primeros nombres que sus coetáneos masculinos (y también femeninos) decidieron darles mérito y hacer constar para la posteridad. De otras medievales a penas si nos han quedado barruntos, como la Princesa poetisa Zaida esposa de Alfonso VI de Castilla y madre de su sucesor, o de la preciosa y afamada Walada cuya madre era cristiana (mozárabe), aunque de sus vidas y obras solo nos han llegado eso, barruntos o supuestos. A partir del siglo XV, en pleno humanismo español, el papel literario femenino comenzó a alzar el vuelo, la moda de “la querella de las donas” también llegó a España e implicaría a nuestras autoras en su prosa como a Teresa de Cartagena y a Beatriz Galindo. Con la Edad Moderna florecieron prosistas y periodistas, poetisas petrarquistas o conceptistas y dramaturgas que ya se codearon mejor con sus contemporáneos, nombres destacados de aquel entonces fueron Beatriz Bernal por su novela de caballerías Cristalián de España, Isabel de Guevara por su narrativa del Descubrimiento, las monjas Santa Teresa y Ana de Jesús por su prosa y poesía mística, Francisca de Aculodi por ser nuestra primera periodista, Ana Caro de Mallén y María de Zayas por ser las primeras novelistas profesionales y poetisas conceptistas, y dramaturgas como la propia Juana Inés de la Cruz y Feliciana Enríquez de Guzmán. Y será a partir de la Edad Contemporánea cuando amanecieron las primeras candidatas, desde el XIX como Gertrudis Gómez de Avellaneda y Emilia Pardo Bazán (precursora de los detectives españoles con su “Ignacio Selva”), a las mismísimas Academias de la Lengua Española, todo y que la “ley sálica” aún siguió vigente durante gran parte del XX, suponiendo una fuerte barrera contumaz, misógina y retrógrada para su real mérito.

      Desde finales del XX y los principios del siglo XXI esta barrera ya no es tan contumaz, así, por ejemplo, en la RAE española ya han habido 11 académicas desde 1713 (desde 1979 con Carmen Conde, Elena Quiroga en 1984, Ana M.ª Matute en 1998, Carmen Iglesias en 2002, Margarita Salas en 2003, Soledad Puértolas en 2010, Inés Fernández-Ordóñez en 2011, Carmen Riera en 2013, Aurora Egido en 2014, Clara Janés y Paz Battaner en 2017), y de forma equivalente en Hispanoamérica desde México, la AMELA, desde 1875 ( M.ª del Carmen Millán desde 1974, Clementina Díaz desde 1983, Margit Frenk desde 1993, Elsa Cecilia Frost y Julieta Fierro desde 2003, Concepción Company desde 2004, Ascensión Hernández desde 2007, Yolanda Lastra desde 2013 y Rosa Beltrán desde 2014), a Argentina, en la AAL, la cual también tiene las suyas desde 1931 (destacando académicas desde 1977 como Victoria Ocampo, Alicia Jurado desde 1980, Emilia Puceiro desde 2001, Alicia M.ª Zorrilla, Olga E. Fernández Latour desde 2005, Norma Carricaburo desde 2008, Élida Lois desde 2016),…, y en la AFLE de Filipinas desde 1924 han destacado algunas académicas como Rosalinda Orosa, Gloria Macapagal-Arroyo, M.ª Consuelo Puyat, Lourdes Castrillo y Daysi López. Pero es necesario estar alerta, pues por ejemplo aún hay más de dos tercios de académicos que de ellas, y si realmente se quiere conocer la totalidad de las letras en español, desde ambos géneros y en toda su verdadera extensión geográfica hay que verlo en paridad y equidad.

      El presente estudio pretende progresar con esta intención, la de dar una visión más completa de la lengua y la literatura en español, y por lo tanto también en el estudio de estas escritoras del siglo XX, tras las otras de la Generación española del 98, las Sinsombrero y las escritoras de la Generación del 36, nos centraremos en otras escritoras del XX, las que se pudieran incluir (cosa que los teóricos y los miembros mismos de aquella generación literaria española no hicieron) en la llamada Generación del medio siglo.

2-LA GENERACIÓN DEL MEDIO SIGLO

     A-DEFINICIÓN: ¿QUÉ ES LA GENERACIÓN DEL MEDIO SIGLO? De acuerdo con los estudiosos del tema, por ejemplo Francisco Rico en su compendio, Juan Luis Alborg en el suyo o Cedemil Goic para algunos iberoamericanos, y el autor del tema de la Wikipedia, con lo de la Generación del medio siglo también nos podemos referir a un gran grupo de autores de diferentes denominaciones como de los “Niños/jóvenes de la Guerra/Revolución” y a la “Generación del 50”, ya que son lo mismo. Son denominaciones sinónimas que da la historia de la literatura en español a la generación literaria de escritores nacidos en torno a los años 1920 y que publican sus obras maestras en torno a los años 1950 y principios de los 60; en el caso español, superada la Guerra Civil, por lo que son considerados «hijos» de la misma.

     B-CARACTERÍSTICAS. Como característica general se podría decir en España que abandonan los posicionamientos anteriores, por sus extremos como el garcilasismo clasicista y el vanguardismo del grupo Cántico. Más concretamente se puede decir que se distancian a la vez del frío garcilasismo clasicista y del calenturiento y tremendista desgarramiento existencial, respectivamente, de la poesía arraigada y desarraigada que se daba en la promoción anterior y poco a poco se van separando de la literatura comprometida, que no persigue la elegancia en el lenguaje, seguida por Blas de Otero, Gabriel Celaya y otros autores estrechamente asociados a la lucha política contra el franquismo.

     Por el contrario, y especialmente en poesía, la Generación del 50 une la reivindicación social, que en el fondo sentían ajena y sustituyen por preocupaciones civiles y éticas más concretas, con una nueva lírica intimista que se preocupa por el lenguaje, y aporta un cierto coloquialismo que no separa demasiado la lengua poética de la hablada; también incorpora reflexiones metafísicas y filosóficas. No siguen una línea academicista. Es una generación que huye de lo impostado y del tono solemne, tan frecuente en la dominante literatura falangista de la época como en la propaganda antifranquista que la refleja, usando con frecuencia de una cierta ironía distanciadora. Les liga su condición de intimistas.

     MODELO INTIMISTA. Muchas de sus características toman cuerpo de algunos miembros de la generación del 98, especialmente de ANTONIO MACHADO. En la segunda etapa de esta época, los novelistas consideran que su papel como escritores les obliga a denunciar las miserias e injusticias sociales de sus pueblos, ciudades y de la nación española entera, pero más desde una perspectiva ética que estrictamente marxista (al contrario que los cubanos y mexicanos). Se puede decir de sus poetas que “pisan tierra”, aunque sea desde diferentes puntos de vista.

     C-SUBGRUPOS. El referente ético y estético inexcusable que todos los españoles admiten es Antonio Machado y la mayor parte de estos autores se agrupan en círculos de amigos de sus ciudades:

  • – GRUPO MADRILEÑO (Ignacio y Josefina Aldecoa, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Ángel González, Claudio Rodríguez, Juan García Hortelano, Jesús Fernández Santos, Ana María Matute). Y se podrían añadir otras por el lugar y las fechas de publicación como Carmela Gutiérrez (alias Enid Colman o Alice Norton) o Matilde Redón Chirona.

  • – GRUPO BARCELONÉS (Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Alfonso Costafreda, Jaime Ferrán, Juan Marsé, Gabriel Ferrater, el crítico José María Castellet), grupo este último estudiado especialmente por Carme Riera en su libro La Escuela de Barcelona (1988). A los que se podría añadir otras escritoras populares del momento como Laura Denis, Teresa March, Amanda Román y Vicky Lorca.

  • GRUPO POSTISTA. Superviviente de la generación anterior (Carlos Edmundo de Ory, Francisco Nieva, Gloria Fuertes, Ángel Crespo entre otros).

  • – GRUPO ANDALUZ (Julia Uceda Valiente, Aquilino Duque, Pilar Paz Pasamar, José Manuel Caballero Bonald, María Victoria Atencia y otros).

  • – GRUPO GALLEGO. Compuesto sobre todo por novelistas rosas como M.ª Dolores Acevedo, las hermanas May y M.ª del Pilar Carré y las otras hermanas Josefina y M.ª Teresa López González.

  • – GRUPO MIXTO (de las otras regiones). Compuesto por figuras sueltas como Ángel González, José Hierro, José Ángel Valente, Antonio Gamoneda José Manuel Caballero Bonald. A las que se podría añadir otras autoras que publicaron en la misma época como la gran asturiana Corín Tellado, la cántabra Elena Quiroga, las aragonesas Rosa M.ª Cajal, Pilar Narvión y Teresa Jassá Casé, las manchegas Luisa Alberca, Dionisia García y Carmina Useros, las canarias Pilar Lojendio o Pino Betancor y las valencianas Lucila Mataix y Celia Bravo.

  • – GRUPO EN TORNO A VICENTE ALEIXANDRE. Asociado a la Escuela de Madrid, más dispersa, cuyo núcleo fundamental es Claudio Rodríguez y se articula en torno al magisterio de Vicente Aleixandre y la revista Ínsula como órgano de expresión. El contacto con los catalanes lo asegurarán Goytisolo, González, Valente y Caballero Bonald, que pueden considerarse indistintamente de un grupo u otro.

  • GRUPO DE GUINEA ECUATORIAL. Justo hasta la generación española del 68, este país africano aún permanecía como una provincia española más. Con el medio siglo surgió su verdadero primer afloramiento autóctono de escritores como Leoncio Evita (1929-?, Cuando los combes luchaban, 1953) y Daniel J. Mathama (Una lanza por el Boabí, 1962).

    Hay que decir que los críticos literarios desde sus contemporáneos españoles de los años 50 y 60 del XX hasta principios del XXI no solo no citaban nada de Guinea Ecuatorial, ni demasiadas mujeres, solo cinco mujeres nuevas (Ana M.ª Matute, Carmen M. Gaite, María Victoria Atencia, Julia Uceda y Josefina Aldecoa), frente a la gran masa masculina, aunque muchos de ellos siempre fueron, y son, igualmente desconocidos para el gran y el pequeño público.

     D-LAS GENERACIONES DEL MEDIO SIGLO HISPANOAMERICANAS. Pero en la literatura en español, no fue España el único país hispanohablante que tuvo una generación del medio siglo, no, también hubo otras equivalentes en Hispanoamérica. Veamos cuatro ejemplos:

     1CHILE. Para Chile también se propuso tal denominación, “Generación del 50”, propuesta por Enrique Lafourcade en 1954. El segundo, Generación de 1957, fue propuesto por Cedomil Goic, ambos insistían en características comunes como la superación de la literatura criollista chilena y como los españoles se les estigmatizo como desligados de lo social. Un hito fundamental e identitaria de estos literatos fueron los Encuentros de Escritores realizados por la Universidad de Concepción en 1958, ya que en ellos tuvieron tribuna algunos de sus integrantes más destacados, como por ejemplo: Enrique Lafourcade, José Manuel Vergara, Armando Cassigoli, Jorge Edwards y Claudio Giaconi, entre otros, todos estos nacidos entre mediados de los años 20 y principio de los 30. Parece ser que tras las eminentes figuras de Marta Brunet, Gabriela Mistral, Marcela Paz y María Bombal (fuera del arco temporal de natalicios 1920-1935 y tampoco citadas aquí por sus críticos), las literatas chilenas tomaban un respiro o que los críticos prefirieron ignorar el relevo femenino del momento ya que no citan escritora alguna (¿?).

    2PERÚ. En Perú también se dio una generación literaria similar, tal y como Marcos Martos la expone (autores nacidos entre 1920 y 1936), incluyendo autores como Javier Sologuren, Sebastián Salazar, Manuel Scorza, Francisco Bendezú, Pablo Guevara, Oswaldo Reynoso, Elodoro Vargas, Alberto Varillas, Carlos Thorne, Gustavo Valcárcel y también se cita solo dos poetisas como Blanca Varela y Cecilia Bustamante.

     3MÉXICO. La “Generación del Medio Siglo mexicana”, como la llama Armando Pereira (en “La generación del medio siglo: un momento de transición en la cultura mexicana”, de la UNAM), también apostaba por la superación de las modas anteriores, por los excesos vanguardistas y de la Novela de la Revolución. Se puede decir que esta generación mexicana brota al publicarse “Libertad bajo palabray “Laberinto de seguridad” (1950) de Octavio Paz (1914-1998). Su influjo trajo obras cumbre mexicanas como Pedro Páramo de Juan Rulfo (1917-1986), ¿Águila o sol? Del mismo Octavio Paz, La X en la frente de Alfonso Reyes, La región más transparente (1958) de Carlos Fuentes (1928-2012) y algunos de Juan José Arreola (1918-2001), pero ninguna narradora que los críticos consideren relevante. En cambio en poesía al surgir el grupo de Poesía en Voz Alta (desde 1956), además de buenos poetas como Antonio Alatorre (1922-2010) y Sergio Fernández (1926), también la crítica consideró a 2 buenas poetisas como Elena Garro (1916-1998) y María Luisa Mendoza (1930-2018).

     4CUBA. Y para acabar destacaremos también La Generación de los 50 cubana (autores nacidos entre 1925 y 1945), tuvo como maestros a poetas «del patio», como Eugenio Florit, Emilio Ballagas y José Lezama Lima, en tanto partieron de variadas corrientes, incluso la neorromántica, para ir acrecentando lo que en la década de 1960 sería la última corriente del siglo XX latinoamericano, ampliamente aceptada por numerosos poetas: el coloquialismo. Sobresalen dentro de esta Generación: Rolando Escardó, Baragaño, Fayad Jamís, Roberto Fernández Retamar, César López, Antón Arrufat, Heberto Padilla, y Manuel Díaz Martínez,…, y tres escritoras: Carilda Oliver, Cleva Solís y Rafaela Chacón.

     En general como vemos compartían bastantes elementos en común las generaciones del medio siglo española, cubana, mexicana, peruana y chilena, una voluntad de terminar las modas literarias anteriores ya sea respecto al vanguardismo como a la literatura revolucionario o socialista (cada nacionalidad desde sus puntos de vista) y que se suele incluir en general tanto a autores nacidos en un arco temporal que iría aproximadamente desde los albores de la década de los ‘20 hasta los de los 30 del siglo XX, como a aquellos que han publicado lo mejor de ellos a lo largo de la década de los 50 y mediados de los ‘60. Otra característica común sigue siendo la falta de equidad, acallando o silenciando los nombres y obras de las autoras coetáneas.

3- DIEZ ESCRITORAS REPRESENTATIVAS DE LA GENERACIÓN DE LOS 50

     Muchas más podrían citarse y describirse en este apartado, pero para no extenderse en demasía, se ha considerado mejor centrarse en esta ocasión en España, país de procedencia del autor, sin entrometerse en la labor de otros autores hispanohablantes respecto a sus propios países, y tanto en poetas como narradoras, pues no hubo dramaturgas destacadas. Dejaremos otros géneros no literarios, autoras de otros países y otras generaciones para posteriores estudios. Veamos las biografías de estas autoras (gracias a los anónimos autores de la Wikipedia, Bibliorromance, Escritoras.com, Escritores.org y Lecturalia.com).

1) JOSEFINA ALDECOA (León, 1926-Cantabria 2011)

      Su verdadero nombre de bautismo era Josefina Rodríguez Álvarez, lo de Aldecoa lo tomó de su marido también escritor, Ignacio Aldecoa.

       Su madre y su abuela también fueron maestras que aplicaron la ideología de la Institución Libre de Enseñanza. así que cuando en 1944 llegó a Madrid, se decidió por la pedagogía. Durante sus años de estudio en la facultad entró en contacto con parte de un grupo de escritores que luego iban a formar parte de la Generación del 50: Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio, Alfonso Sastre, Jesús Fernández Santos y el que sería su esposo desde 1952, Ignacio Aldecoa.

      Se doctoró en Pedagogía, fue la fundadora y directora del Colegio Estilo desde 1959 hasta su muerte en el 2011 Por ello al morir su marido en 1969 dejó de escribir por más de 10 años, centrándose únicamente en la pedagogía.

     Ciertamente, partir de los años ‘50 comenzó a publicar primero sus traducciones para la Revista Española y a partir de 1960 sus propios cuentos, destacando en estos tiempos los siguientes libros suyos: El arte del niño y A ninguna parte, de un total de 24 libros que ha ido escribiendo hasta Madrid, Otoño, Sábado (2012).

2) MARÍA VICTORIA ATENCIA (Málaga, 1931)

     Poeta española que perteneció a la Generación del 50, más por edad que por su obra, la cual también sufrió un parón de quince años, entre 1961 y 1976. Su corpus poético está dotado de gran personalidad y elevado sentido estético.

    En 1955 contrajo matrimonio con Rafael León quien se convirtió en su guía y editor, dedicándose de lleno a la poesía. Es académica numeraria de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, de Málaga; académica correspondiente de las Reales Academias de Cádiz, Córdoba, Sevilla y San Fernando; consejera del Centro Andaluz de las Letras de la Junta de Andalucía, de la «Fundación de la Generación del 27» de Madrid, del «Centro Cultural Generación del 27» de Málaga, de la «Fundación María Zambrano» (Vélez-Málaga), y de la «Honorary Associate of The Hispanic Society of America» de Nueva York.

     Fuera de algunos artículos o breves relatos durante los ‘50, al igual que Josefina Aldecoa sus primeros libros son de principios de los ‘60: Arte y parte y Cañada de los ingleses (ambas de 1961), y luego a partir de 1976 y hasta 2011 ha publicado 18 obras más.

     Por último destacar de ella que el 8 de mayo de 2014 la Diputación de Málaga acordó que el Centro Cultural Provincial de Málaga, pasaría a llamarse Centro Cultural Provincial María Victoria Atencia. Este reconocimiento a la escritora malagueña tiene lugar después de que María Victoria Atencia ganara el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

3) CELIA BRAVO (Alicante,1932-2001)

     Su verdadero nombre era Amalia Lucila Mataix Olcina, pero se hizo mucho más famosa como Cecilia Bravo gracias a sus populares 250 novelas escritas entre 1955 (Corazón tranquilo y Lluvia Blanca) y 2001 (Viento en los puentes). Y aunque cultivó diversos géneros eran mas frecuentes en ella las novelas rosas, firmadas primero con su nombre Lucila Mataix y más tarde bajo el seudónimo de Celia Bravo, que fueron incluso traducidas al portugués. A partir de 1980, comenzó a escribir cuentos infantiles, género con el que le llegaría el reconocimiento de crítica y por el que fue galardonada.

     Además también trabajó como secretaria de dirección de Radio Nacional de España en Valencia, donde también colabora como escritora en «Charlas de Medianoche», al tiempo que publica cuentos y poesía en diversas revistas, periódicos y antologías, siendo todavía muy joven. En 1957 se casó y tuvo cuatro hijos.

     En sus novelas los protagonistas son a menudo niños, lo que desvela su amor por la infancia, desbordado en su obra para el público infantil. Sus libros infantiles han sido traducidos a varias lenguas del estado y han superado en algunos títulos las quince ediciones, siendo lectura recomendada en muchos colegios. Además colaboró con la Editorial Santillana en los libros de lectura para escolares con poesías y textos cortos.

4) PILAR LOJENDIO CROSA (Canarias, 1931-1989)

     Sus comienzos en la escritura se sitúan en la época escolar, primero cuentos y, alrededor de los quince años, empezó a escribir poesía. Contrajo matrimonio en 1956 con el marino mercante Laureano Mariz, con quien tuvo cinco hijos. Su matrimonio fue crucial para su obra literaria.

     A raíz de su matrimonio surgió en ella una poesía que evoca la ausencia del marido mientras espera su regreso, y que puso de manifiesto en su primer libro publicado en 1964 Ha llegado el esposo. Sin abandonar la temática amorosa, presente en todos sus libros, su poesía fue evolucionando hacia otros temas como la angustia existencial y social. Ganó el «Premio de Poesía Julio Tovar» en 1969 con Almas de Piedra. Además colaboró en los periódicos y revistas de la época como “Mujeres en la isla”, “Gánigo”, “Caracola” y “Gaceta Semanal de las Artes”, entre otras.

    Aunque su poesía se aleja de las corrientes literarias de los años cincuenta y sesenta, puede decirse que como poeta pertenece a un nexo entre la «Generación del Medio Siglo» y la generación de la «Poesía Canaria Última» que arranca en 1966.

    De la poesía de Pilar Lojendio dice Blanca Hernández Quintana en su libro que posee una fuerte feminidad como la pasión amorosa que transmite llena de erotismo y sensualidad, su papel de esposa que no rehuye hablar de las labores del hogar, la maternidad, utilizando en la estructura poética el verso libre en el que abunda el simbolismo y las referencias mitológicas.

5) CARMEN MARTÍN GAITE (Salamanca, 1925-Madrid, 2000)

     Carmen nació y creció en la ciudad de Salamanca. En su infancia no acudió a ningún colegio ya que su padre, de ideas liberales, no deseaba que fuera educada en una institución religiosa, por lo que recibió clases de profesores particulares y de su padre, gran aficionado a la historia y la literatura, que ejerció como iniciador de Carmen y su hermana Ana en estas disciplinas.

     El comienzo de la Guerra Civil Española impidió a Carmen cursar el bachillerato en el Instituto Escuela de Madrid, como ya había hecho su hermana Ana, por lo que tuvo que realizar sus estudios de segunda enseñanza en el Instituto Femenino de Salamanca, cuyo ambiente se refleja en su novela, Entre visillos. Allí tuvo como profesores a Rafael Lapesa y Salvador Fernández Ramírez, dos futuros miembros de la Real Academia Española y que marcaron su vocación literaria.

     En Madrid se reencuentra con Ignacio Aldecoa, que la introduce en el círculo literario de algunos de los componentes de la llamada Generación del 50, entre los que se encontraban Medardo Fraile, Alfonso Sastre, Mayrata O’Wisiedo, Jesús Fernández Santos, Rafael Sánchez Ferlosio, Josefina Aldecoa y Carlos Edmundo de Ory.

      En 1953, comenzó también, como Josefina Aldecoa, a colaborar con la revista literaria Revista Española, y poco después se casó con el también escritor Rafael Sánchez Ferlosio, al que había conocido a su llegada a Madrid en 1950. Tras la boda, el matrimonio pasa unos meses en Roma, en casa de los abuelos maternos de Sánchez Ferlosio, además de visitar otras ciudades italianas como Nápoles, Florencia y Venecia. Este periodo italiano le llevó a contactar con la literatura contemporánea de ese país; entre sus principales influencia destacan Cesare Pavese, Italo Svevo y Natalia Ginzburg.

      En 1954 obtuvo el Premio Café Gijón por su novela corta El balneario. En octubre de ese mismo año nació su primer hijo, Miguel, que murió de meningitis en mayo del año siguiente. Su hija Marta, nació dos años después en 1956.

      Su consolidación como novelista llegó con el Premio Nadal que obtuvo en enero de 1957 por su primera novela larga, Entre visillos. La segunda fue Ritmo lento, que quedó finalista del premio Biblioteca Breve de Narrativa de 1962.

      En los años sesenta, ella también dejó de lado la narrativa literaria. Y se dedico a la Historia real, permaneciendo más de diez años sin publicar ninguna novela. Fruto de este trabajo son El proceso de Macanaz: historia de un empapelamiento (1970), y El conde de Guadalhorce, su época y su labor (1976). En esa línea de investigación construyó su tesis doctoral con el título Lenguaje y estilo amorosos en los textos del siglo XVIII español, que leyó el 11 de junio de 1972, ante un tribunal compuesto por sus antiguos profesores Rafael Lapesa, Alonso Zamora Vicente, y que también componían José María Jover y Emilio Lorenzo. A partir de entonces cultivó también la literatura juvenil, especialmente en alguno de sus cuentos («El castillo de las tres murallas», 1981, o «El pastel del diablo», 1985) y en su novela Caperucita en Manhattan (1990).

      Recibió en 1988, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y fue, en 1978, la primera mujer en obtener el Premio Nacional de Literatura por su obra El cuarto de atrás, galardón que volvió a recibir en 1994 por el conjunto de su obra. Estas novelas fueron concluidas con mucha ceremonia, pues tenía la costumbre de poner punto final a sus libros en una habitación de un lujoso hotel madrileño.

     Hizo también traducciones y crítica literaria, especialmente en “Diario 16”, y colaboró en los guiones de series para Televisión Española como Santa Teresa de Jesús (1982) y Celia (1989), serie infantil basada en los cuentos de la escritora madrileña Elena Fortún (1886-1952).

6) ANA MARÍA MATUTE (Barcelona, 1925-2014)

     Hija de unos comerciantes catalanes muy católicos, con tan solo cuatro añitos cayó gravemente enferma. Entonces su familia la lleva a vivir con sus abuelos en Mansilla de la Sierra, un pueblo pequeño de sierra de La Rioja. Matute dice que la gente de aquel pueblo la influenció profundamente. Dicha influencia puede ser vista en la obra antológica Historias de la Artámila (1961), la cual trata de gente que Matute conoció en Mansilla.

    Comenzó a escribir desde muy joven, al principio con características neorrealistas como se aprecian en obras como en Los Abel (1948), Fiesta al Noroeste (1953), Pequeño teatro (1954), Los hijos muertos (1958) o Los soldados lloran de noche (1964). Todas estas obras siguen una misma pauta: un inicio se inicia muy lírico para progresivamente ir sumergiéndose en un realismo cada vez más palpitante exacerbado. La mirada protagonista infantil o adolescente es lo más sobresaliente y marca un distanciamiento afectivo entre realidad y sentimiento o empatía.

     Tras su divorcio (1963-64) con el que se la separó de su hijo, también paso unos años de sequía literaria, hasta que las palabras de amor volvieron a sonar en sus oídos casi diez años después.

     Ana María Matute trata muchos aspectos políticos, sociales y morales de España durante el periodo de la posguerra en sus novelas y cuentos. Su prosa es muy frecuentemente lírica y práctica. En sus novelas, Matute incorpora técnicas literarias asociadas con la novela modernista o surrealista. Con todas estas cualidades y talento literario, Matute es considerada «una escritora esencialmente realista», puesto que como ella misma afirma: «Si somos capaces de imaginar, es porque lo que imaginamos también es real». Muchos de sus libros tratan del periodo de la vida que abarcan desde la niñez y la adolescencia hasta la vida adulta.

    Matute utiliza mucho, como fuente primaria, el pesimismo, lo cual da a sus novelas una sensatez más clara que la realidad de la vida. «La enajenación, la hipocresía, la desmoralización y la malicia» son características que comúnmente son fáciles de encontrar en la ficción de sus obras. Una de sus características más comunes es el uso de la trilogía: una obra literaria que está compuesta por tres novelas o cuentos que tienen tanto características en común como diferentes. Muchos críticos consideran que su mejor obra es la trilogía Los Mercaderes, la cual está conformada por Primera memoria, Los soldados lloran de noche y La trampa. Sobre su obra se dice que «aunque los argumentos de cada una de sus novelas son independientes, las une el tema general de la Guerra Civil y el retrato de una sociedad dominada por el materialismo y el interés propio».

     En 1976 fue propuesta para el Premio Nobel de Literatura. Después de varios años de gran silencio narrativo, en 1984 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil con la obra Sólo un pie descalzo. En 1996 publica Olvidado Rey Gudú y ese mismo año es elegida académica de la Real Academia Española donde ocupaba el asiento «K», convirtiéndose en la tercera mujer en formar parte de esta institución. Leyó su discurso de ingreso en 1998.

    Matute era también miembro honorario de la Sociedad Hispánica de América. Existe un premio literario que lleva su nombre y sus libros han sido traducidos a 23 idiomas. En 2007 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas al conjunto de su labor literaria. Asimismo, en noviembre de 2010 se le concedió el Premio Cervantes, el más prestigioso de la lengua castellana, que se le entregó en Alcalá de Henares el 27 de abril de 2011.

7) PILAR PAZ PASAMAR (Jerez de la Frontera, 1932)

     Miembro de la rama gaditana de la generación poética de 1950, continuadora de la lírica de estirpe simbolista y juanramoniana. Recibió un accésit del Premio Adonais de Poesía por Los buenos días (1954). Entre otras distinciones (miembro de la Real Academia Hispano Americana de Cádiz desde 1963, Hija Adoptiva de la ciudad de Cádiz en 2005, Premio Meridiana del Instituto Andaluz de la Mujer en 2005), destaca su inclusión en la sección de “Nombres propios” del Centro Virtual Cervantes. Fue nombrada Autora del año 2015 por el Centro Andaluz de las Letras de la Junta de Andalucía. El ayuntamiento de su ciudad natal concede anualmente el premio de relatos cortos y poesía para mujeres «Pilar Paz Pasamar».

    Tras 1967, cuando aparece Violencia inmóvil (el mejor poemario de la autora hasta aquel momento, según apreciaron Vicente Aleixandre y Gerardo Diego), al igual que otras autoras de la generación también tuvo su decenio silencioso. El fruto de este silencio es La torre de Babel y otros asuntos (1982), un libro escrito a raíz de una fuerte crisis personal donde la confrontación con el fracaso personal y el mundo actual convergen en la torre de Babel.

    La autora, hasta entonces aislada en Cádiz, se va a reincorporar lentamente al contexto literario a través de tres movimientos relacionados con la posmodernidad y la democracia: la literatura andaluza, el boom de la escritura femenina en los 80, y la poesía de tradición juanramoniana. En el mismo año, 1986, reaparece Pilar en el número Litoral femenino y en la cuidada antología que de su obra prepara José Ramón Ripoll: La alacena (1986).

    Durante los años ‘90 se sucedieron los bellos poemarios Textos lapidarios , Philomena y otros hasta comienzos del siglo XXI, siendo su última entrega poética hasta la fecha, Los niños interiores (2008).

    La poesía de Pilar Paz ha sido traducida al italiano, árabe, francés, inglés y chino. En el año 2013 salieron a la luz los libros Marinera en tierra adentro, que reunió la mayor parte de su obra narrativa, y Ave de mí, palabra fugitiva, con toda su producción lírica desde 1951 hasta 2008.

8) ELENA QUIROGA (Santander, 1921-La Coruña, 1995)

     Es autora de una extensa obra narrativa en prosa. Su obra, junto a la de otros escritores como Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio, Ignacio y Josefina Aldecoa, Ana María Matute y Juan García Hortelano, jugó un papel clave en el auge de la novela española entre los años ’50 y ’60. Se le considera, dentro de su generación de mediados de siglo, una de las voces femeninas más relevantes, con rasgos comunes como la preocupación por las injusticias de la vida, y la explotación temática de las experiencias, especialmente durante la infancia y adolescencia. Fue la segunda mujer en entrar en la Real Academia Española (siguiendo los pasos de Carmen Conde) desde 1984.

    Sus obras están influenciadas por el ambiente gallego; de hecho eligió al gallego Álvaro Cunqueiro y su obra en su discurso de ingreso en la RAE. Aunque ya de joven empezó su andadura como escritora, fue cuando se casó con Dalmiro de la Válgoma el momento en el que su producción tomó forma. Tras su primera novela, La soledad sonora (1949, llegó Viento del Norte, galardonada con el Premio Nadal 1950, y los éxitos se sucedieron con sus otras 16 novelas. En estas primeras obras, Quiroga define las claves del estilo de su posterior producción narrativa, entre las que encontramos un aprovechamiento intimista de sus memorias de la infancia y adolescencia, una prosa en la que destaca un lenguaje rico, elegante y depurado, así como una trama y unos perfiles de los personajes elaborados, lo que sirvió para que críticos y lectores relacionasen su escritura con los modelos temáticos y formales de Emilia Pardo Bazán.

    Después de los años ‘50 de intensa actividad literaria, su ritmo de producción decayó. En 1960 publicó Tristura, galardonada con el Premio de la Crítica Catalana, pero no fue hasta cinco años después cuando una obra suya volvió a ver la luz: Escribo tu nombre (1965). A partir de entonces, las publicaciones de la autora cántabra se espacian cada vez más entre sí: “Trayecto uno, El pájaro de oro, La otra ciudad, Presente profundo” (1970), centrada en la versión de Rubén, un médico que relata la historia de dos mujeres suicidas, y Grandes Soledades (1983)

    Entre otras autoras, la crítica especializada subraya su papel decisivo como narradora, así como el de otras autoras cuyas obras no han sido tan populares entre los historiadores de la literatura española contemporánea, como son la ovetense Dolores Medio o las barcelonesas Carmen Laforet y Carmen Kurtz en las generaciones literarias anteriores.

9) CORÍN TELLADO (Asturias, 1927-Gijón, 2009)

     María del Socorro Tellado López fue su nombre de bautismo y resultó ser la escritora española de literatura romántica más genial y prolífica, con alrededor de 5.000 novelas y relatos en su haber entre 1946 y 2009, siendo estas traducidas a 27 idiomas. El haber vendido más de 400.000.000 de ejemplares de sus novelas la llevó a ser reconocida como la autora más vendida en idioma español según en el Libro Guinness de los récords de 1994, y ya en 1962 la UNESCO la había declarado la escritora española más leída después de Miguel de Cervantes. Sus obras continúan siendo reeditadas en formato digital.

    De orígenes humildes, fue la única niña de cinco hermanos y debía ocuparse de todo. De ahí que desde pequeña fuera conocida con el apodo de Socorrín, de donde surgió el hipocorístico Corín. De entre sus coetáneos españoles admiró sobre todo a Miguel Delibes, y también conocía las novelas eróticas de Pedro Mata. Aunque además de lectora, fue una narradora nata, pero no fue hasta después de que uno de sus hermanos escribiera una novela, ella decidió que podía hacerlo mejor y descubrió que tenía facilidad para escribir historias de un tirón. No obstante no publicaría hasta después de la muerte de su padre (1945), cuando la editorial Bruguera hizo con ella el negocio del siglo. En 1951 se afincó en Gijón de donde ya no se movería el resto de su vida llegando a escribir una por semana (¡¡¡!!!). Ese año la revista “Vanidades”, de gran difusión en toda Hispanoamérica, firmó un contrato con Corín Tellado para que le entregara dos novelas cortas e inéditas al mes: la tirada de la revista pasó de 16.000 a 68.000 ejemplares quincenales.

     En 1959, Corín se casó en Covadonga con el vasco Domingo Egusquizaga, a su decir por despecho y sin amor, y harta de pagar bodas de familiares. Al año siguiente nació su primera hija, Begoña, y en 1961 su hijo Domingo. En septiembre de 1962 decidió separarse de su marido. Ella se hizo cargo de los hijos, de los que su marido se desentendió, aunque no llegarían a divorciarse nunca.

     Mario Vargas Llosa afirmó de ella: «La vasta producción de Corín Tellado quedará como muestra de un fenómeno sociocultural». Escribió casi exclusivamente novela rosa, pero también fotonovelas, novelas infantiles y otras obras. Sus obras tuvieron un éxito especial en Latinoamérica, donde impulsaron la creación de la telenovela y el serial televisivo.

     Todo y haber sido nuestra máxima representante del género “rosa”, ella no se tenía por escritora “rosa” como otras europeas, pues para ella la raíz de sus novelas no era el “amor” sino el “desamor”. Otra diferencia con las escritoras europeas del género romántico, es que las novelas de Corín Tellado transcurren en la actualidad y no en otras épocas, casi siempre ambientaba sus novelas en España, Inglaterra o Estados Unidos si el argumento lo requería. Le gustaba mostrar los perjuicios y presiones sociales a los que las mujeres y hombres debían enfrentarse. De ahí su gran poder para identificarse con sus contemporáneas. Al menos uno de sus protagonistas tenía dinero o era de alta posición social, pero debían valorar los sentimientos. Su fuerte, aparte de su gran facilidad para desarrollar argumentos interesantes, es el análisis de los sentimientos. La descripción en sus novelas es mínima y el estilo es directo.

     Al menos dos de sus novelas han sido llevadas al cine: “Tengo que abandonarte” (en 1969, dirigida por Antonio del Amo) y “Mi boda contigo” (1984, dirigida por Valeria Sarmiento), esto sin contar más de 20 adaptaciones televisivas desde “Diario de una enfermera” (en 1966) hasta “Matrimonio por poder” (1996). Además durante toda la década del 90 la programadora colombiana Jorge Baron Television hizo un dramatizado con varias de sus obras en un solo capítulo.

10) JULIA UCEDA VALIENTE (Sevilla, 1925)

      Tras licenciarse en Filosofía y Letras en la Universidad Hispalense (donde también obtuvo el doctorado), ejerció como profesora fecunda y tan alabada como docente como poeta. Comenzó a publicar en 1959, Mariposa en cenizas y luego periódicamente, casi cada cuatro años una nueva antología poética hasta un total de 14, siendo la última de ellas Escrito en la corteza de los árboles del 2013. Y todas estas antologías han sido traducidas a varios idiomas como el portugués, inglés, chino y hebreo. Y por ello fue seleccionada como miembro de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras y de la Asociación Internacional de Hispanistas. Y ha merecido galardones como el Premio Nacional de Poesía 2003 por «En el viento, hacia el mar» y el Premio de la Crítica de Poesía Castellana (2006). En 2007 fue galardonada con el Premio Nacional de la Crítica por su poemario Zona desconocida, y tiene la Medalla do Reino de Galicia (2007).

     De acuerdo con Blas Sánchez, entre otros estudiosos de la autora, todos sus poemarios están dispuestos sobre un análogo conjunto de motivos, temas, formas, símbolos y referentes que atraviesas sus poemas desde sus primeros textos hasta la actualidad en una múltiple dimensión unitario donde entrecruzan elementos e ideas en una cosmovisión perfectamente trabada. Las meditaciones sobre el tiempo, los vaivenes y los juegos poéticos con los recuerdos y con la memoria como bases del proceso creador, los sueños y lo irracional como esferas desde las que acceder a otras formas de conocimiento al margen de lo racional o la búsqueda del lenguaje, de la imagen o de la palabra perdida en un tiempo y un lugar indefinidos son algunas de las claves del universo poéticos de Julia Uceda.

     Se suele asociar a Julia Uceda con otro grupo de poetisas como Pura Vázquez, María Elvira Lacaci o Angelina Gatell, que intentaron renovar el lenguaje poético en los años 60 en España.

CONCLUSIONES

     Aunque 10 representantes no parecen demasiadas, se han mencionado medio centenar, luego tampoco son pocas. Pero eso sí de todas las zonas hispanohablantes y sobre todo narradoras y poetisas de muy diversos géneros.
     Ciertamente las del género rosa han sido las más fecundas, especialmente Corín Tellado y Celia Bravo en esta generación, pero también se han dado tres grandiosas narradoras también del género infantil, juvenil y social como Elena Quiroga, Carmen Martín Gaite y Ana María Matute. Pero sobre todo las poetas han sido las musas que han relacionado a todas ellas.

     Es curioso la década sabática en la literatura de la mayoría de ellas, precisamente alrededor de los años de publicación de la siguiente generación, la del 68 y los años de la Transición Española.

     La primera generación que consigue popularidad y no solo en el “subgénero rosa” sino también en la literatura social, juvenil e infantil. Tanto es así que es también la primera generación de escritoras en lograr que algunas de sus escritoras hayan entrado de pleno derecho en la RAE, así como en obtener algunos premios literarios que hasta ahora solo habían sido concedidos a escritores.

     Por todo ello se puede decir que el proceso va lento, pero consistente, esperemos que las siguientes generaciones literarias hayan ido progresando hasta la total paridad.

BIBLIOGRAFÍA

  1. AAVV. Wikipedia. org (especialmente las biografías y grupos literarios).
  2. AAVV. Biblioromance.es
  3. AAVV. Escritoras.com
  4. -AAVV. Escriotres.org
  5. -AAVV. “Enciclopedia de la literatura en México: Generación del Medio Siglo”. http://www.elem.mx
  6. -Alborg, Juan Luis (1999). Historia de la Literatura Española. Gredos.
  7. -Goic, Cedemil (1988). Historia y Crítica de la Literatura hispanoamericana. Crítica.
  8. -Hernández Quintana, Blanca (2003). Escritoras canarias del siglo XX. Ediciones del Cabildo de Gran Canaria.
  9. -Rico, Francisco et alii (1994). Historia y Crítica de la Literatura Española. Crítica.
  10. Ruiz, Jesús Manuel (2016). “Los secretos de la escritora del romance”. Tiempo (n.º 1823)
  11. Sánchez, Blas.Julia Uceda, una poeta en constante búsqueda”. Cervantes Virtual.

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